viernes, 20 de noviembre de 2015

JUSTICIA DE ULTRATUMBA, VIDENTES Y ASESINOS




Joaquín Villalón Díez, “el asesino señorito”, con tres asesinatos a sus espaldas, está saliendo en estos momentos de la cárcel gracias a la anulación de la “Doctrina Parot”.



Joaquín nació en Mérida en 1955, y estaba en la cárcel por asesinar durante un permiso carcelario en 1992 a dos transexuales en Madrid. Pero no era la primera vez que mataba.

Con solo 25 años, Villalón asesinó, descuartizó y abandonó en un monte a su amante, Paquita García, a la que había ocultado que estaba casado y que tenía dos hijos, y a la que había prometido matrimonio después de que ésta se quedara embarazada. Los restos de Paquita fueron encontrados por unos niños que jugaban en el monte repartidos en cinco bolsas.

Y ha sido este primer asesinato el que me ha hecho recordar otro parecido, cometido años antes por otro desalmado y resuelto, en parte, gracias a una vidente extremeña.

La víctima era Antonia Torres, una joven embarazada de su novio, Fernando Olmos. Un mal día, el novio le cuenta a su familia que Antonia ha desaparecido con cierta cantidad de dinero, y no vuelve a saberse de ella. Corre la primavera de 1978.

La vidente de Olivenza, Manuela Brioa


Pero la madre no deja de buscarla. Y nueve años más tarde, en julio de 1986, en un nuevo intento desesperado de saber algo de su hija, contacta con una vidente extremeña que tiene un programa  de radio en una emisora barcelonesa, “El teléfono del Más Allá”.


La respuesta de la tarotista Manuela Brioa Cordón, nacida en Olivenza, es contundente y precisa:


-       Señora, su hija está muerta… y ha sido asesinada.

Silencio en la línea. Y en el programa, como entrevistado, el detective privado Jordi Colomer, que se ofrece gratuitamente a ayudar a la angustiada madre. Y comienza la investigación. Y encuentran indicios. Y se pone el caso en manos de la policía. Y acaban encontrando, diez años después, una prueba, escasa, pequeña, en un vertedero de escombros. Solo un trozo de hueso. Pero el más importante. Un pedazo de cráneo atravesado por un orificio. Un orificio de bala.


El novio, casado ya con otra mujer y padre de familia, termina confesando. Había llevado a Antonia a un lugar apartado, le había disparado un tiro a la cabeza y la había metido en una cabaña a la que prendió fuego.


“El crimen del tarot”, “Justicia de Ultratumba” o “Venganza desde el Más Allá” fueron algunos de los titulares de los medios de la época.



Manuela en la actualidad, en su programa radiofónico 
(Un templo para el arte)


La vidente que consiguió reabrir el caso, Manuela Brioa, sigue trabando en Barcelona, aunque de vez en cuando patrocina exposiciones de arte en el museo etnográfico de su Olivenza natal, gracias a su empresa “Un templo para el arte”. Y treinta años más tarde, ha vuelto a las ondas con su “Teléfono del Más Allá”.

Por lo que se ve, sigue teniendo línea.


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