jueves, 30 de abril de 2015

CURSO BÁSICO DE ESPIRITISMO




1ª CLASE      https://youtu.be/zsXWkiWmlj8 
2ª CLASE       https://youtu.be/z1_C0Ewjyr4
3ª CLASE      https://youtu.be/9kA3ubn34r0
4ª CLASE      https://youtu.be/dEw1KRkvj8k
5ª CLASE      https://youtu.be/r6C6Gceu5Ao
6ª CLASE      https://youtu.be/ILJsFAb6vng
7ª CLASE      https://youtu.be/4DpqGAySsYA
8ª CLASE      https://youtu.be/sznpIQmsWXw
9ª CLASE      https://youtu.be/w-9hpekH93c
                10º CLASE      https://youtu.be/QcSHYda_IzA

                11º CLASE      https://youtu.be/kSgVqFYjy70

                 12º CLASE     https://youtu.be/29WE0CDrJZM

                 13º CLASE      https://youtu.be/kSuPmqcJp-c

                  14º CLASE     https://youtu.be/-qB5iP-fW5s


CURSO PARA PRINCIPIANTES de FILOSOFIA ESPÍRITA









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lunes, 27 de abril de 2015

MEMORIA EXTRA CEREBRAL (MEC)



Caso típico publicado por el Dr. Guépin, en marzo de 1917:  Un joven, Luis B., hoy jardinero cerca de París, había sufrido la ablación de una parte considerable de su hemisferio cerebral izquierdo (substancia cortical, substancia blanca, núcleos corticales) y, a pesar de ello, continuó intelectualmente normal, no obstante la privación de circunvoluciones consideradas como asiento de funciones esenciales. Casos análogos, algunos de los cuales se han hecho clásicos, han sido publicados en todas partes. Las heridas de guerra han proporcionado nuevos e importantes ejemplos.

El Dr. Tourde, que ha hecho un estudio especial de estos casos, no ha temido terminarlo con estas líneas: Si la teoría de las localizaciones se hace cada día más difícil de defender, no es menos cierto que ella arrastra en su caída a la tesis del paralelismo estricto. Si es aún posible creer, aunque desgraciadamente no se puede demostrar, que a todo fenómeno psíquico corresponde una modificación cerebral, ya no se puede sostener más que toda modificación cerebral provoca un fenómeno psíquico y, en todo caso, no se tiene ya derecho a pretender que a toda pérdida de substancia encefálica corresponde un déficit psicológico. Al mismo tiempo, hay que renunciar de una buena vez, como ya lo había previsto el Sr. Bergson, en 1897, a la hipótesis del cerebro conservador de recuerdos-imágenes y adoptar otras ideas acerca de la naturaleza de su papel en el proceso del acto de la memoria. Lejos de ser la condición indispensable del pensamiento, el cerebro no sería sino su prolongación en el espacio, el “acompañamiento motor”. Podríamos considerarlo, en relación con él, como un órgano de “pantomima”. Como puede verse, el Dr. Tourde se ve llevado por el análisis de los hechos a una conclusión absolutamente concordante con las teorías de Bergson, de James, del Dr. Geley y con la que nosotros sostenemos, teorías todas que establecen la independencia del pensamiento en su relación con el cerebro, aunque difieran ligeramente entre sí en la interpretación de las atribuciones del cerebro con respecto al espíritu. Así, por ejemplo, entre la teoría de Bergson aceptada por el Dr. Tourde y la que nosotros sostenemos, existe esta diferencia: que, según Bergson, las funciones del cerebro se limitarían a ser “un acompañamiento motor del pensamiento”, lo que hace que el cerebro se reduciría a ser “un órgano de pantomima”.

Por el contrario, a nosotros nos parece que los hechos nos autorizan a conceder más importancia funcional al órgano del pensamiento. De cualquier manera, estas diferencias son teóricamente insignificantes frente a la circunstancia capital de hallamos de acuerdo para asignar a la conciencia individual el lugar que le corresponde en la vida. No ignoramos que los partidarios de la fórmula de que “el pensamiento es una función del cerebro” han intentado explicar los casos de que acabamos de ocuparnos suponiendo que, en esas circunstancias, los lóbulos cerebrales que quedaban intactos reemplazaron a los que fueron destruidos. Pero esta hipótesis no es solamente gratuita, no sólo contradice la doctrina de las localizaciones y la del “paralelismo psicofisiológico”, es que además, halla un obstáculo insuperable en la circunstancia de que se conocen ejemplos en los que el órgano cerebral ha sido encontrado en la autopsia totalmente destruido por un tumor, aun cuando el enfermo conservó hasta el último momento el uso de sus facultades intelectuales. He aquí el primer ejemplo. El caballero Le Clément de Saint-Marcq, ex-coronel del ejército belga, cita el siguiente caso que le ha sido comunicado por el médico que lo observó: Se trata de un suboficial de guarnición en Amberes que, desde hacía dos años se quejaba de violentos dolores de cabeza que, no obstante, le permitían cumplir con todos los deberes de su cargo. Un día murió repentinamente y fue llevado al hospital para que le fuera practicada la autopsia. Cuando se abrió su cráneo no se encontró sino una papilla de pus; no existía allí ni una sola célula de materia cerebral. Y como esta transformación de las células en pus, es decir, su destrucción por la enfermedad, no pudo verificarse instantáneamente sino que, por el contrario, era el resultado de la lenta evolución de un absceso, podemos llegar a la conclusión de que, durante un tiempo bastante largo, este suboficial había podido cumplir su servicio no poseyendo más que residuos del cerebro. Lo que es una buena prueba de que el pensamiento no está tan íntimamente ligado a este órgano como les place decir a los defensores de la tesis materialista. (Revue Scientifique et Morale du Spiritisme, 1907, pág. 275-276). He aquí otro ejemplo análogo al anterior, observado por el Dr. R. Robinson y expuesto por el profesor Edmundo Perrier en la Academia de Ciencias, de París: Se trata de un individuo de 62 años que, a consecuencia de una ligera herida en la región occipital, presentó algunas perturbaciones visuales que llamaron la atención; sin embargo no se produjo ningún síntoma alarmante, ni parálisis ni convulsiones.

Los demás sentidos permanecieron en estado normal.  Al cabo de un año, el enfermo falleció bruscamente de un ataque epileptiforme. Al hacerle la autopsia, el doctor Robinson comprobó que el cerebro de este hombre tenía la forma de una cáscara muy delgada que, al cortarla, dejó brotar una enorme cantidad de pus. ¿Cómo es posible que una destrucción tan completa del órgano cerebral no haya producido ningún síntoma grave y característico? ¿Y qué se hace, ante un hecho de esta índole, la doctrina de las “localizaciones” que atribuye a las distintas regiones o zonas del cerebro funciones bien determinadas? El doctor Robinson, apoyándose en este caso singular y en los sabios estudios de los doctores Van Gehuchten y Pedro Marie, llega a la conclusión de que esta teoría debe ser revisada (Annales des Sciences Psychiques, 1914, pág. 29).



Fragmento del libro "Cerebro y pensamiento", de Bozzano








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RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

La gestión del conflicto 
bajo la óptica del espíritu inmortal

La mayoría sentimos que NO hemos sido educados para enfrentar los conflictos de una manera positiva y que, por tanto, nos faltan herramientas y recursos. En su libro Educar en y para el conflicto, Paco Cascón Soriano nos ofrece interesantes claves para la adquisición de una visión renovada del conflicto y su gestión, lo que puede ser sumamente útil para nuestras vidas.

El reto de educar en y para el conflicto, que viene a ser lo mismo que educar para la paz, se concreta en temas tan importantes como:

1) Descubrir la perspectiva positiva del conflicto. Verlo como una forma de transformar las relaciones humanas hacia mejor. Descubrir que los conflictos son una oportunidad educativa, una oportunidad para aprender a construir otro tipo de relaciones, así como para prepararnos para la vida, aprendiendo a hacer valer y respetar nuestros derechos de una manera no-violenta, asertiva.

2) Aprender a analizar los conflictos y a descubrir su complejidad. Dar pautas a los integrantes de las casas espíritas para que tengan herramientas que les ayuden a enfrentar y resolver los conflictos en los que nos podemos ver inmersos cotidianamente.

3) Encontrar soluciones que nos permitan enfrentar los conflictos con asertividad. Desarrollar la asertividad y mejorar la comunicación serán algunas pistas.

Existe una idea muy extendida que es la de ver el conflicto como algo negativo y, por tanto, como algo que hay que eludir. Esta idea probablemente está basada en diversos motivos. Cuando pensamos en los conflictos, los relacionamos con la violencia, la anulación o destrucción de una de las partes, y no una solución justa y mutuamente satisfactoria. No obstante, el conflicto es consustancial al ser humano, lo que quiere decir que es parte de su propia naturaleza.  Como ser social que interacciona con otras personas con las que va a discrepar, y a tener intereses y necesidades contrapuestas, el ser humano crece y evoluciona, desarrollando niveles más elevados de conciencia moral e intelectual. El conflicto, además es ineludible: es parte de la vida misma. Por mucho que cerremos los ojos o lo evitemos, continuará su dinámica. Es algo vivo que sigue su curso a pesar de nuestra huida, haciéndose cada vez más grande y difícil de manejar cuanto más intentamos hacer ver que no existe. Pero Cascón nos invita a que vayamos incluso más allá, considerando que el conflicto es positivo. Para reafirmar esta idea, el autor destaca dos de razones:
  • La diversidad y la diferencia son un valor. Vivimos en un solo mundo, plural, y en el que la diversidad, desde la cooperación y la solidaridad, es una fuente de crecimiento y enriquecimiento mutuo. Convivir en esa diferencia conlleva el contraste y, por tanto, las divergencias, disputas y conflictos.
  • Sólo al entrar en conflicto con las estructuras injustas y/o aquellas personas que las mantienen, la sociedad puede avanzar hacia modelos mejores.
Desde una perspectiva inmortal, podemos comprender que los seres, tanto encarnados como desencarnados, que nos reunimos en un agrupamiento espírita, en una familia, amigos, parejas, etc., tenemos en esta oportunidad de reencuentro la divina misión de rescate del pasado, aprendizaje de formas de convivir más respetuosas y armónicas, así como la elaboración de un futuro de más paz para nosotros mismos. Así como las simpatías, también las disputas y antipatías del pasado, de existencias anteriores, serán desafíos buscando solución en la nueva oportunidad de convivencia. El reto que se nos plantea es aprender a enfrentar y resolver los conflictos de una manera constructiva. Esto implica a su vez comprender qué es el conflicto y conocer sus componentes, así como desarrollar actitudes y estrategias para resolverlo.

¿Qué es el conflicto?

Hablaremos de conflicto en aquellas situaciones de disputa o divergencia en las que hay contraposición de intereses (tangibles), necesidades y/o valores en pugna. Esa contraposición la vamos a definir como problema: la satisfacción de las necesidades de una parte impide la satisfacción de las de la otra. En base a esta definición, podemos diferenciar dos situaciones que se confunden con los conflictos rea- les: los pseudoconflictos y los conflictos latentes.

Actitudes ante el conflicto

Se pueden adoptar cinco grandes actitudes ante el conflicto.
  • Competición (gano/pierdes) - Nos encontramos ante una situación en la que conseguir lo que yo quiero, hacer valer mis objetivos, mis metas es lo más importante, no importa que para ello tenga que pasar por encima de quién sea.
  • La acomodación (pierdo/ganas) - Con tal de no enfrentarse a la otra parte yo no hago valer o no planteo siquiera mis objetivos. A menudo confundimos el respeto, la buena educación, con el hecho de no hacer valer nuestros derechos porque eso puede provocar tensión o malestar. Vamos aguantándonos hasta que no podemos más, y entonces nos destruimos o destruimos a la otra parte.
  • La evasión (pierdo/pierdes) - Ni los objetivos ni la relación salen bien parados, no se consiguen ninguno de los dos.
  • La cooperación (gano/ganas) - En este modelo, conseguir los propios objetivos es muy importante, pero la relación también. El fin y los medios tienen que ser coherentes. Es el modelo hacia el que vamos a intentar encaminar la gestión de la comunicación en nuestras vidas.
  • La negociación - Llegar a la cooperación plena es muy difícil, pero debe ser el objetivo de todos los que se dispongan a madurar espiritual y emocionalmente.

Las habilidades a trabajar serían las siguientes

a)      Crear grupo en un ambiente de aprecio y confianza

b)      Favorecer la comunicación

c)       Tomar decisiones por consenso

d)      Trabajar la cooperación

Solución de conflictos

Frecuentemente personalizamos los conflictos atacando a la persona más que al problema que ambas tenemos, lo cual nos lleva a una escalada de ataques personales, en la que a veces hasta se olvida y deja de lado el problema que originó el conflicto, centrando todas las energías y tiempo en atacar a la otra parte en lugar de en resolver el problema. Siempre es la otra persona la que tiene el problema y de ahí sólo hay un paso a considerar que no es que la otra persona tenga el problema, sino que ella es el problema. En todo conflicto hay tantas percepciones o puntos de vista como personas hay involucradas. Tenemos que conseguir que las partes aprendan tanto a expresar su percepción como a escuchar e interesarse por conocer la de la otra parte.


Cuando estalla un conflicto afloran muchas emociones y sentimientos. Aprender a reconocerlas y aceptar que estamos enojados será muy importante. Hay que buscar espacios para sacar ese enojo sin que se lo echemos encima a la otra parte de forma destructiva. Será importante reconocerlo y plantear que hasta que no salga no es un buen momento para enfrentar el conflicto.


Sabemos que encarnamos para experimentar situaciones y convivir con personas que nos convocan a niveles superiores de madurez espiritiual, emocional e intelectual. Así es como se produce el progreso que permite a uno elevarse. Nadie dice que será fácil solucionar conflictos y además verlos como una oportunidad de crecimiento, pero así es como la pedagogía cósmica nos prepara para vivir la inmortalidad. ¡Remanguemos, pues! ¡Que la luz del Maestro nos guíe siempre!



FUENTE: Centre Espirita Amalia Domingo Soler










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LA ARMONIA EN LA FAMILIA






















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sábado, 25 de abril de 2015

SUFRIMIENTO HUMANO ORIGEN Y CAUSAS

















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LAS TRES ETAPAS


Desde Freud, las doctrinas psicológicas profundizan la idea de que es preciso cuidar la mente, poner orden en la casa mental para que seamos felices. De hecho, pensamiento ajustado es el camino para que vivamos en paz, aunque conviviendo con problemas y dificultades, dolores y sinsabores.
El Espiritismo nos ayuda en ese particular, ofreciéndonos explicaciones claras y objetivas sobre los porqués de la vida, sociedad, salud… Todo tiene su razón de ser. Familiares difíciles son test de paciencia. Dolencias y limitaciones físicas son válvulas de salida de impurezas espirituales. Dificultades profesionales son desafíos. Todo obedece a mecanismos de causa y efecto, en que cogemos hoy lo que sembramos ayer.
Si no identificamos en esta existencia nada que justifique nuestras dificultades, ciertamente lo habrá en vidas anteriores. De ellas no nos recordamos para evitar una superposición de experiencias capaces de confundirnos y perturbarnos.
En El Evangelio según el Espiritismo, capítulo VIII, ítem 7, Kardec comenta las tres etapas en que podemos situarnos, de acuerdo con el pensamiento. Hay aquellos que ni siquiera concibe la idea del mal. No juzga, no critica, no codicia, no envidia, no se exalta, no se mortifica… Es alguien sintonizado con los ritmos del Universo, Espíritu superior, capaz de solo pensar el Bien, en plena sintonía con las fuentes de la vida. Cuando un Espíritu así reencarna, nunca pasa desapercibido, aunque sin ninguna intención de aparecer, ya que la virtud es una luz imposible de no ser observada.
Decía Mahatma Gandhi, que jamás perdonó a sus adversarios, porque, según él, nada tenía que perdonar, nunca se sintió ofendido: “Nuestra naturaleza esta clausurada al ver solo en mal en el adversario, a atribuirle siempre el mal, e incluso el mal que no existe. El mal que vemos en él depende casi siempre de nuestro modo apresado y mezquino de ver al hombre.”
Madre Teresa de Calcuta, la extraordinaria misionaria del Cristo, cuya vida fue un himno a la bondad, al empeño de servir, decía: “Si usted juzga a las personas, no tiene tiempo para amarlas.” En oración, pedía: “Dios adorado, hazme dar valor a la dignidad de mi más alta vocación de servir y a sus responsabilidades. Jamás permitas que yo la perjudique donando frialdad, falta de delicadeza o impaciencia.” Vemos en el prójimo lo que hay en nosotros.
Espíritus buenos se detienen en el Bien. Espíritus malos ven el Mal. Estos están en otro extremo, en el estado opuesto, según Kardec. Algunos ejemplos:
• El individuo atraído en fantasías eróticas, involucrando respetables mujeres.
• La esposa que cultiva fuerte resentimiento contra el marido que se separó de ella.
• El subordinado que odia a su superior, sonriéndole con los labios, maldiciéndolo con el pensamiento.
• El político que piensa en negocios deshonestos para pagar sus gastos de campaña.
• El hombre común que piensa en ejercitar “mala fe” para sacar ventajas en alguna actividad.
Personas así se fijan tanto en sus devaneos, que acaban influenciadas por Espíritus inferiores que exacerban sus sentimientos y las llevan a un comportamiento comprometedor.
Entre esos dos extremos, en la posición de Kardec, se sitúa el religioso que lleva en serio sus principios y que, no obstante, experimenta ímpetu semejantes a los citados, siempre los combate con vehemencia, trabando intensa lucha intima. No es fácil.
No da para afirmar:
– A partir de ahora, solamente buenos pensamientos tendrán acceso a mi mente.
Dicen los Mentores espirituales que contra las gotas de luz del presente hay océanos tenebrosos del pasado. Y el apóstol Pablo, afirma (Epístola a los Romanos, 7:19): Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.
No hay magia capaz de eliminar de pronto esos aspectos negativos de nuestra personalidad. Es necesario insistir en los buenos propósitos. Dice Jesús (Mateo, 24:13): Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Entiéndase aquí la salvación no en el sentido escatológico, de destino final, dado que, aunque demande milenios sin cuenta, seremos todos Espíritus puros y perfectos, habilitados a la felicidad en plenitud, en plena armonización con la vida universal. Somos hijos de Dios, que nos creó para la perfección, y allá llegaremos más temprano a mas tarde, ya que esa es Su voluntad soberana, que no falla jamás.
La perseverancia en los buenos propósitos va a salvarnos de nosotros mismos, de nuestras tendencias inferiores, de nuestros malos pensamientos, favoreciendo un caminar más tranquilo y seguro, rumbo a la gloriosa destinación.
Las técnicas de meditación oriental envuelven un entrenamiento de vaciamiento mental para asimilación de las energías cósmicas. Para tanto la persona debe fijarse en un determinado punto, la respiración, por ejemplo, manteniendo pensamiento preso en los movimientos de inspiración y expiración.
Los principiantes sienten dificultad, ya que, como un potro rebelde, el pensamiento se recusa a permanecer aprisionado en los límites de una imagen. La solución es la práctica, la asistencia, la perseverancia…
Lo mismo acontece en relación a la naturaleza de nuestros pensamientos. Tenemos dificultad en sustentar solo el Bien en nuestro universo íntimo. Si perseveramos, lo conseguiremos. Hoy, algunos minutos; mañana un poco más, y siempre más, hasta llegar a conseguirlo. Para ayudarnos en ese propósito, el Evangelio.
Estudiar las lecciones de Jesús en profundidad, de forma que podamos considerar, en la extensión de las horas, ante los pensamientos que surgen:
– ¿Pensaría así Jesús?
Si la respuesta fuese negativa, será oportuno cambiar el pensamiento. En ese propósito, dos recursos maravillosos:
• La oración. Buscar Jesús. Si el pensamiento se desvía, la oración lo traerá de vuelta al buen sentido.
En principio tendremos que llamar a Jesús todo el tiempo, expresando nuestra incapacidad de mantener el pensamiento recto. Con perseverancia, lo llamáramos siempre menos, en la medida en que, superando nuestras manchas mentales, estemos cada vez más cerca de Jesús.
• El Bien. Vivir Jesús. El sacrificio de los intereses personales en favor del prójimo, la marca inconfundible de los discípulos auténticos, es el muro inviolable con la cual cerramos nuestro interior a las incursiones del mal.
Resumiendo, lector amigo, situemos la casa mental como un jardín que deseamos ver adornado de coloridas mariposas, simbolizando la tranquilidad y belleza. El secreto, explica Mario Quintana, no es correr detrás de ellas. Es cuidar del jardín para que ellas vengan hasta nosotros.
Richard Simonetti
Revista “Consolador”
Traducido por Jacob
FUENTE: LUZ ESPIRITUAL

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 El Evangelio según el Espiritismo, capítulo VIII, ítem 7

7. Ese principio, naturalmente nos conduce a esta cuestión: "¿Sufre uno las consecuencias de un mal pensamiento que no se ha ejecutado?

Debemos hacer una distinción importante. A medida que el alma, que está en elcamino del mal, adelanta en la vida espiritual, se instruye y se despoja poco a poco de sus imperfecciones, según su mayor o menor voluntad, en virtud de su libre albedrío.

Todo mal pensamiento, es, pues, resultado de la imperfección del alma, pero según el deseo que ha concebido de puríficarse, ese mal pensamiento viene a ser aún para ella una ocasión de adelantamiento, porque lo rechaza con energía; ese indicio de una mancha que se esfuerza en borrar, si se presenta la ocasión de satisfacer un mal deseo, no cederá, y después que haya resistido, se sentirá más fuerte y alegre por su victoria.

La que, por el contrario, no ha tenido buenas resoluciones, busca la ocasión, y si
no llega a cumplir el acto malo, no es por voluntad, sino porque le ha fal tado ocasión, y
de este modo, es tan culpable como si lo cometiera.


En resumen: en la persona que ni siquiera concibe el pensamiento del mal, el progreso se ha cumplido; en la que tiene este pensamiento, pero que lo rechaza, el progreso está en camino de cumplirse; en aquella, en fin, que tiene ese pensamiento y se complace en el mal, está en todo su vigor; en la una está hecho el trabajo, en la otra está por hacer; Dios, que es justo, toma en cuenta todos esos matices en la responsabilidad de los actos y de los pensamientos del hombre.

"LA CERCANIA DE LO TRANSCENDENTE", por MAURO BARRETO

























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miércoles, 22 de abril de 2015

FACULTADES DE LOS NIÑOS

Nos encontramos ante un tema complejo del que no siempre se explica con claridad de detalles la influencia, positiva o negativa, correcta o incorrecta, que una facultad mediúmnica puede ejercer sobre los menores de edad.
Es sabido que, a lo largo de la historia muchos han sido los casos de niños prodigio que han asombrado al mundo por su precocidad en distintos conocimientos y disciplinas del saber humano.
En ocasiones se comenta al respecto la influencia de las reencarnaciones prematuras para explicar los casos de estos niños que han asombrado al mundo con sus asombrosas cualidades. Bien es cierto que la mayoría de las veces son pruebas irrefutables que el mundo espiritual proyecta hacia el mundo físico para que los humanos, materializados e inmersos en la descreencia religiosa, nos preguntemos de dónde vienen los conocimientos y habilidades de los niños prodigio. El ofrecernos la oportunidad de reflexionar sobre una vida posterior a la muerte y sobre el origen del hombre son, a nuestro entender, las causas principales que provocan estas circunstancias.
Pero, al igual que muchas veces se explica este fenómeno con rotundidad, tampoco está desacertado el argumentar que, muchos de estos genios precoces y de corta edad, lo son, porque tienen despierta la sensibilidad psíquica precisa que les hace receptivos al plano espiritual, desde donde reciben todo aquello que es capaz de asombrar a los demás. Si a esto unimos las aptitudes que traen de vidas anteriores, donde ya destacaron en esas disciplinas, tenemos formado el puzzle que explica la facilidad de su talento. Son facultades mediúmnicas desarrolladas que desde corta edad vienen a ofrecer un ejemplo a la humanidad.
Ante este ejemplo cabe preguntarse ¿es cierto pues que las facultades mediúmnicas en los niños pueden ser beneficiosas más que perjudiciales? Al igual que en las personas adultas, cuando la facultad se despierta en un niño, si éste no tiene la instrucción y conocimientos necesarios que le permitan desarrollarla con normalidad, muchos serán los problemas que se le presentarán. Y concretamente en el caso de los niños el caso adquiere un mayor agravante, pues, incapaz de conocer con exactitud la realidad que le rodea como los adultos, mucho menos sabrá valerse en el terreno de la mediumnidades si no cuenta con el asesoramiento necesario de padres, tutores o personas informadas e instruidas en el tema.
Constantemente se dan casos de niños con graves problemas psicológicos, cuyo origen principal, es el desconocimiento de los padres de que su hijo posee una facultad mediúmnica. El miedo, la ansiedad, los cambios bruscos de temperamento sin control alguno, la agresividad hacia las personas más queridas; son algunos de los síntomas que manifiestan los niños cuando se les despierta la mediumnidad.
Indudablemente, el niño no tendrá problema alguno a la hora de ir desarrollando paulatinamente las facultades que sean precisas, si los padres estuvieran bien informados acerca no sólo de la educación académica sino también de la educación espiritual y mediúmnica necesaria. No debemos olvidar nunca que, son las protecciones espirituales las que realizan el desarrollo de las facultades, y cuando ellas creen conveniente el desarrollo de una facultad a corta edad es porque ese espíritu necesita espiritualmente esa experiencia en la existencia que le ha traído a la tierra.
No todo son inconvenientes en el desarrollo mediúmnico a corta edad, sino que existen igualmente grandes ventajas que no poseen los adultos que despiertan a la mediumnidad en otras edades. El niño tiene la ventaja de que los protectores espirituales, irán adaptando a su capacidad y desarrollo físico-psicológico, el proceso de evolución mediúmnica, tanto es así que, en los niños que se educan en ambientes positivos y con conocimientos espirituales precisos acerca de estos temas, el desarrollo es rápido y sin ningún tipo de experiencias desagradables, lo que facilita la complacencia y disposición del niño a trabajar con su facultad, tan pronto ésta se encuentra terminada.
Es realmente prodigioso poder contemplar la facilidad, la limpieza y los resultados de las facultades que poseen los niños que están preparados realmente para ejercitarlas. Los adultos, a pesar de tener mayor conciencia de la realidad material que nos rodea, contamos con más impedimentos a la hora de realizar nuestro trabajo mediúmnico con una total limpieza.
Los niños, por su ingenuidad en unos casos o ausencia de malicia en otros, suelen ejercitar sus facultades con mayor limpieza y nobleza que los mayores. Aunque no en todos los casos ocurre así; pues a veces vemos a niños con facultades mediúmnicas impuestas, que nos ofrecen cuadros de dolor y sufrimiento agobiantes, no sólo para ellos, sino para los padres y los que les rodean. Comprendiendo las leyes de causa y efecto comprobamos que estas facultades son necesarias para el progreso de esos espíritus rebeldes y atrasados que no quieren comprender el camino espiritual del amor al prójimo y a Dios.
Las deudas del pasado son la causa primera de las facultades impuestas, y así en los niños, estas deudas son mucho más difíciles de admitir por los que les rodean; pues no comprenden la causa de que su hijo o hija haya de pasar por tales sufrimientos y desequilibrios.
Cuando la mediumnidad es voluntaria o natural, el desarrollo en los niños es por lo general placentero; no sin tener alguna que otra prueba que despierte la sensibilidad y llame la atención de los padres acerca de las facultades del hijo. La labor de los padres en estos casos, es no sólo vital e imprescindible, sino que de desarrollarla bien o mal, podemos desviar del camino recto en una existencia a un espíritu que viene a la tierra con una facultad para progresar más y mejor.
Los padres y educadores, no sólo han de ser sensibles a la educación material, intelectual o espiritual del niño, sino que deben estar pendientes de sus reacciones y actitudes para orientarle adecuadamente y con claridad en aquellas cuestiones que vayan surgiendo en su desarrollo mediúmnico; haciéndole comprensible para su edad los objetivos de su facultad y la mejor forma de ponerla al servicio de los demás.
El niño, dependiendo de la edad en la que se encuentre, será más o menos receptivo a estos consejos: no obstante si va adquiriendo el hábito de ayudar a los demás a través de su mediumnidad, el día de mañana se convertirá en un importante divulgador de esta práctica, e irá transmitiéndola a los demás con sencillez y naturalidad.
Así pues, lejos de representar un inconveniente el desarrollo mediúmnico en los niños, cuando éste es espontáneo y natural, nunca forzado, podemos decir que se trata de una importante ayuda de progreso que se le brinda a ese espíritu y a los que le rodean; para que vayan asimilando y comprendiendo las leyes que rigen el proceso evolutivo del espíritu y el auténtico significado de la vida en la tierra.
Una mediumnidad si se realiza bien y se cumple con sus objetivos, representa un alto contenido espiritual de amor y sacrificio hacia la humanidad; si además ésta se desarrolla en corta edad y desde entonces se lleva a la práctica, el beneficio sublime de progreso espiritual para ese espíritu que la posee puede ser inmenso.
Lo que nunca podemos, ni debemos hacer, es forzar el desarrollo de una facultad en un niño; esto sí es particularmente peligroso, pudiendo sobreexcitar la imaginación frágil y el desarrollo psicológico del niño si la mediumnidad no aparece de forma natural. Así pues, abstengámonos de buscar en los niños cualquier facultad que no se presente de forma espontánea y natural; realizando un prudente estudio previo para detectar con claridad si se trata de auténticos fenómenos mediúmnicos o por el contrario los síntomas obedecen a trastornos psicológicos o de personalidad que también existen y se producen con frecuencia.
En la prudencia; el conocimiento preciso del tema, y el sentido común de los padres, deberemos forjar nuestros criterios para, en unos casos, evitar reprimir el normal desarrollo espiritual de una facultad, plenamente manifestada, con un propósito de progreso y evolución y en otros confundir síntomas derivados de otro origen que precisan de otras terapias psicológicas o médicas que ayudarán al niño en su desarrollo y crecimiento en la vida.
Antonio Lledó Flor
2015  Amor, paz y caridad

FUENTE: Amor, Paz y Caridad









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sábado, 18 de abril de 2015

REVISTA ESPIRITA. 1858-1861




REVISTA ESPIRITA. 1858-1861
Periódico de estudios psicológicos.
Colección de textos de Allan Kardec

http://www.luzespiritual.org/Libro/Revista1858_1861.pdf


















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ALMAS ENAMORADAS


Generalmente, es en la juventud del cuerpo que se nos despierta el interés en buscar, en el sexo opuesto, alguien que pueda compartir nuestros sueños. Cuando encontramos el alma elegida, el corazón parece latir en la garganta y nos quedamos sin acción.
Elaboramos frases perfectas para causar el impacto deseado, para no ser rechazados. Entonces, todo empieza. El noviazgo es el “dulce encantamiento”. Sin tardanza, empezamos a pensar en consolidar la unión y nos preparamos para el matrimonio. Tenemos la convicción de que seremos eternamente felices. Nada nos impedirá realizar los sueños arrullados en la intimidad.
Durante la etapa del noviazgo es como si estuviéramos en un muelle, contemplando el mar plácido que nos espera, y nos decidimos por embarcar en el buque del matrimonio. La embarcación se aleja lentamente del muelle y los primeros momentos son de máxima alegría, son los minutos más agradables. Todo es novedad. Pero como en el matrimonio de hoy se observa la presencia del ayer, representada por almas que se aman o se detestan, ni siempre el suave encantamiento es duradero. Apenas los cónyuges se quitan las caretas, sujetas con la intención de conquistar el alma elegida, la convivencia se vuelve más amarga.
Esto sucede por que están juntos espíritus que aún no se aman verdaderamente, que es el caso de la gran mayoría de las uniones en nuestro planeta. Siendo así, al momento que la embarcación entra en alto mar, y los cónyuges empiezan a enfrentar las primeras tempestades, el primer impulso es el de volver al muelle, pero éste ya está muy distante…
El segundo es apearse del buque. Y es lo que muchos hacen. Y, como uno de los consortes, o los dos, ven sus sueños deshechos, al instante empiezan a imaginar que su alma gemela se está convirtiendo en grilletes de los cuales desean ardientemente libertarse. Y en general, lo que hacen es buscar otra persona que pueda atender sus carencias. Se olvidan de los primeros momentos del noviazgo, cuando todo era felicidad, y buscan otras experiencias.
Algunos se lanzan a los primeros brazos que encuentran a su disposición para, más tarde, sentir otra vez el sabor amargo de la decepción. Intentan una y otra vez, pero nunca encuentran a alguien que consolide su anhelo de felicidad. Consiguen solamente la desdicha ajena y la suya propia, a la búsqueda de algo que no encuentran.
Si la persona con quien nos casamos no era exactamente lo que esperábamos, recordemos que, si hemos escogido con el corazón, sin ningún otro interés, es con dicha persona que precisamos convivir para pulir imperfecciones.
Recordemos que en la Tierra nadie es perfecto, y que nuestra búsqueda de ese alguien será en vano. Y si hubiera alguien perfecto, él también estaría buscando un ser perfecto que, con seguridad, no seríamos nosotros.
¿Usted sabía que los matrimonios son programados antes de nacer?
Nosotros planificamos, antes del nacimiento, si vamos o no a casarnos, con quien contraeremos enlace y quiénes serán nuestros hijos. Por lo tanto, tenemos el cónyuge que merecemos y el mejor que las leyes divinas nos han fijado. De esta forma, busquemos amar intensamente a la persona con quien dividimos el hogar, pues solo así conseguiremos alcanzar la felicidad que tanto anhelamos.
Momento Espirita

FUENTE: